“El ambiente que no es apto para el niño tampoco lo es para el adulto”.
Una de las tareas fundamentales de la educación museística es proponer interpretaciones y sugerencias que permitan rastrear vínculos y conexiones entre el patrimonio artístico y la experiencia personal de los usuarios. En esta perspectiva, el arte contemporáneo se convierte en parte de un proceso educativo y significativo que invita a una reelaboración personal y a una "regeneración" cultural consciente tanto a nivel individual como colectivo.
Como sugieren muchos artistas y nos enseñan muchos niños, el primer paso es detenerse a mirar, con curiosidad y sin prejuicios, tomándonos el tiempo para disfrutar y aprender.
El arte contemporáneo nos permite entrenar la mirada, los sentidos y sobre todo la capacidad de comprender al "otro", al ser un lenguaje extraordinario, "diferente”.
Con nuestras Propuestas Didácticas Laboratoriales invitamos a reflexionar para deshacernos de estereotipos y poder encontrar nuevas herramientas, soluciones e interpretaciones más consciente del mundo, del sentido estético, poético y narrativo de la realidad, así como también de la identidad y personalidad de cada uno de nuestros visitantes.